Tengo un miedo tan oculto, que me asusta.
No tengo el cuerpo en un harapo
desusado, inédito y magro
Soy pobre sin pellejo
No puedo correr no tengo
bailarinas en el molde de mis piernas
No tengo en el verso la mano
de música, política ni ciencia
Soy docta sin talento
Tengo un dolor tan grande, que me duerme.
Me surgió una pequeña reflexión a partir de tu poema.
ResponderEliminarTal vez el miedo más grande sea tener la voluntad para dominar, o mejor dicho superar al mismo miedo. Es la misma "libertad", producto de la voluntad humana, la que nos atemoriza ya que gracias a esta el hombre tiene que "enfrentar todos los peligros y temores de la naturaleza".
Si no nos queremos quedar "dormidos", es mejor aprovechar la voluntad y pararse; aprendiendo del dolor, despertando con él, ya que nos enseña qué pasos no tenemos que seguir.
Y es lo único que nos queda hacer, en todo caso.
ResponderEliminar(Voluntad everywhere !:) )