Me parezco en algo a Nicanor: espero que me galardonen por las obras que voy a hacer.
Te voy a escribir un libro, dije.
La diferencia es que yo tengo potentes intenciones de actualizar. No pienso dejarte escapar de mi plasmación escritural.
Hoy creí haber descubierto que realmente mi razón de ser es escribir; la gente me busca, me entrega papeles blancos y espera que devuelva, cual impresora un documento de prolijidad sepulcral. Y quieren que formalice sus ideas -no saben que tengo todas las mías amontonadas, sin traducir.
A ti, te voy a escribir en un libro, te digo.