Yo no sé qué será esto que siento, pero es un sentimiento por ausencia. No sé cómo denominarlo porque me falta el sustrato que origina la falta. De pronto he dejado de prender velas, inciensos y de ver los mismos colores que se presentaban antes a mi ventana. Así, sin previo aviso, se han detenido mis carbones, mis lienzos y mis hechizos.
Me cambié de rubro a las razones. Parezco carecer del anteojo necesario para hacer convenir las dos partes de mí.
El mundo mudó de piel, o yo me quedé en el limbo.